En el 2017 viajé desde Ecuador hacia Colombia en auto.
Aunque ese era un trayecto bastante usual para la familia, dada la cercanía de mi pueblo con la frontera, ese fin de semana fue distinto. Íbamos a ir más allá del primer pueblo fronterizo y, por lo tanto, teníamos que registrar nuestra entrada al país en migraciones.
Como viajamos en la noche, no pude ver qué pasaba en la carretera. Sin embargo, para ese entonces ya era común ver en los noticieros cómo miles de migrantes venezolanos caminaban, sin parar, por las carreteras de Ecuador.
Al ingresar a la oficina de migración, aún en Ecuador, pude ver con mis propios ojos de qué se trataba la crisis migratoria venezolana. Cientos de hombres, mujeres, niños/as, ancianos/as, embarazadas, bebés en brazos, personas con discapacidad, y más, esperaban su turno para poder entrar a Ecuador. Algunos llevaban días viviendo a la intemperie, otros apenas se sentaban a descansar luego de miles de kilómetros a pie. Caras de cansancio, de miedo, de incertidumbre, se quedaron grabadas en mi memoria desde ese día.
Por eso hoy quise invitar a Juan José Aguilar, que trabaja en el lugar, para que nos cuente todo lo que hay detrás de estas miles de personas. ¿Qué significa migrar? ¿Cómo afecta esto a las familias, a la salud mental, a las relaciones interpersonales? ¿Qué experiencias y aprendizajes ha tenido? ¿Cómo podemos entener este fenómeno? ¿Qué podemos hacer para ayudar más allá de una donación o una caridad?
Lo que pasa en esta frontera es solo un ejemplo de lo que ocurre todos los días en cientos de lugares en el mundo. La migración es un fenómeno que muchas veces se origina por temas políticos, pero que sin duda se convierte en un fenómeno social y humano. Tan solo la semana pasada veíamos, con asombro, el drama de miles de personas queriendo huir de Afganistán, queriendo huir para proteger su vida. Para vivir con derechos. Para escapar de la violencia y la opresión que ahora tendrán que enfrentar en manos de los talibanes.
Por eso, esta semana quise compartir este episodio que grabamos hace algunos meses. Nunca más pertinente que hoy una reflexión así. Y no solo por lo que pasa en Afganistán, sino por todo lo que estamos viviendo desde hace años en Latinoamérica y que, a veces, parece que se nos ha olvidado.
Gracias por escucharlo y compartirlo.